
La adicción afectiva se caracteriza por la necesidad continua, constante e inmensa de afecto. Buscan llenar a través de otras personas sus carencias emocionales y afectivas. La persona dependiente experimenta un sentimiento de vacío continuo, que necesita que el otro le satisfaga. La relación se mantiene aunque el trato recibido no sea bueno, es más, se dedica tiempo y esfuerzo para estar con esa persona en cualquier circunstancia, lo que altera el desarrollo social, laboral y personal de la persona dependiente.
Esta dependencia emocional puede darse en el entorno de la pareja (la más habitual) o en otras relaciones con familiares, amigos o entorno.
Quienes sufren adicción afectiva necesitan recuperar el respeto y el amor por ellos mismos, para salir de esa situación. La Unidad de Adicción Afectiva de ACENCAS trata de manera individual y grupal a las personas afectadas por medio de profesionales de la psicología y terapeutas que trabajan para ayudar a estas personas a superar la situación en la que se encuentran inmersas y a resituarse.